Una cosa es el Gobierno y otra sus gentes. Más allá del apoyo multitudinario a Varsovia para contener el ‘ataque híbrido’ orquestado por el régimen de Bielorrusia instrumentalizando a los migrantes, vecinos de las localidades fronterizas han iniciado una campaña de solidaridad iluminando de verde sus ventanas. De esta manera, ofrecen sus hogares para acoger a las personas que han logrado cruzar y que pueden morir congeladas en los bosques ante la llegada del frío invernal polaco.
Pese al riesgo de ser acusados de contribuir al tráfico ilegal de personas, decenas de residentes polacos llevan desde octubre iluminando las ventanas de sus hogares con una luz verde con la que avisar a los migrantes que han cruzado la frontera que su casa es un lugar seguro donde encontrar refugio.<iframe src=”https://www.facebook.com/plugins/post.php?href=https%3A%2F%2Fwww.facebook.com%2Fpermalink.php%3Fstory_fbid%3D124662799988481%26id%3D113817444406350&show_text=true&width=500″ width=”100%” height=”853″ style=”border:none;overflow:hidden” scrolling=”no” frameborder=”0″ allowfullscreen=”true” allow=”autoplay; clipboard-write; encrypted-media; picture-in-picture; web-share”></iframe>
El promotor de esta iniciativa es el abogado polaco Kamil Syller, que ha creado una página de Facebook que informa a los refugiados en inglés, polaco, francés, árabe y kurdo que, en casas iluminadas con luz verde, pueden contar con comida, atención médica sencilla y la oportunidad de calentarse o cargar su teléfono móvil. Syller ha pedido a sus vecinos de Dubicze Cerkiewne, en el noreste de Polonia, que se sumen a la iniciativa instalando una lámpara de luz verde con la que indicar a los migrantes que pueden recibir alimentos y otros suministros de emergencia.
Desde el pasado 8 de noviembre, la escalada de tensión se ha intensificado en la frontera bielorrusa-polaca. Varios miles de migrantes se han ido acercando a la frontera desde el lado bielorruso, deseando entrar a la Unión Europea.
Las autoridades de Polonia, Letonia y Lituania, que han tenido que afrontar una crisis migratoria orquestada por el régimen de Minsk desde este verano, han establecido un estado de emergencia en áreas a lo largo de la frontera con Bielorrusia. Medidas que han ido acompañadas de la construcción de vallas y muros fronterizos.
Aunque el régimen de Lukashenko ha rebajado el tono de sus enfrentamientos con la UE, en los últimos días Bielorrusia y la UE han entrado en una batalla por el relato en cuanto a la atención humanitaria a los migrantes varados en la frontera. Pese a todo, cientos de personas, que engañadas por el régimen se han desplazado a Bielorrusia gastando sus ahorros con la esperanza de poder llegar a la UE, siguen en una situación límite, ahora más con el descenso de las temperaturas y al tener que refugiarse en bosques donde acampan para no ser detenidos por las autoridades.